2011/12/25


Somos todos poetas en esta vida, juglares de una melodía nunca antes escuchada.
El sufrimiento es una clave inmensa, vuestros labios son un castigo, culpable, suave.
Vuestras almas caen rendidas ante lo que es pasión y son pecados, ¿existe el infierno?
Deberías acabar atado a tus sonrisas muertas, un nido de nubes oscuras que te miran.
¿Me arrepiento? si alguna vez lo hice, tardé poco en asimilar-lo, disfraces somos.
Caminan camino de un acantilado, en vano vuelven de un fuego sofocado por sus llantos.

Escuchada su última voluntad, suaves tornanse mis ansias, infierno del Edén hacia donde miran esos ojos, somos el frío del infierno golpeando contra un fuego que por mucho que lo intento, no lo apagan ni mis llantos.

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